El curso de la esclerosis múltiple (EM) es impredecible. Cada persona experimenta una combinación única de síntomas, pero se han definido diferentes formas de presentación y evolución que permiten una mejor comprensión y seguimiento de la enfermedad:

Síndrome Clínico Aislado (SCA): Se caracteriza por la aparición de un primer y único episodio neurológico de inflamación o desmielinización en el Sistema Nervioso Central que dura al menos 24 horas, considerándose como probable esclerosis múltiple. El SCA es un signo temprano de esclerosis múltiple, pero no todas las personas que experimentan un SCA desarrollan esclerosis múltiple. El tratamiento precoz puede retrasar su aparición.

Esclerosis Múltiple Recurrente-Remitente (EMRR): En esta forma de esclerosis múltiple se producen períodos de recaída (brotes) seguidos de etapas de estabilización de duración variable (días o meses). Estas recaídas consisten generalmente en la aparición de síntomas neurológicos debidos a una nueva lesión en el Sistema Nervioso Central. Tras el brote puede haber una remisión parcial de los síntomas e incluso una recuperación total. La enfermedad puede permanecer inactiva durante meses o años. Es el tipo más frecuente, afectando inicialmente alrededor del 85% de las personas con esclerosis múltiple.

Esclerosis Múltiple Primaria-Progresiva (EMPP): Esta forma de esclerosis múltiple se caracteriza por la ausencia de brotes definidos, con un comienzo lento y un empeoramiento constante de los síntomas y de la discapacidad. Aproximadamente del 10% al 15% de las personas con esclerosis múltiple son diagnosticadas con esta forma progresiva primaria.

Esclerosis Múltiple Secundaria-Progresiva (EMSP): En algunas personas que tienen inicialmente esclerosis múltiple con recaídas y remisiones, se desarrolla posteriormente, años o incluso décadas después, una incapacidad progresiva en el curso de la enfermedad, frecuentemente con recaídas superpuestas y sin períodos definidos de remisión. Entre un 30% y un 50% de los pacientes que sufren inicialmente la forma recurrente remitente de la esclerosis múltiple, desarrollan la forma secundaria progresiva.

Clasificación adicional según la evolución

La esclerosis múltiple también puede describirse según su actividad clínica y radiológica:

  • Activa: si presenta brotes clínicos o nuevas lesiones visibles en la resonancia magnética.
  • No activa / Estable: si no hay brotes ni evidencia de nuevas lesiones.
  • Con empeoramiento: si se detecta un aumento sostenido de la discapacidad, ya sea con brotes o sin ellos.
  • Sin empeoramiento: si no hay progresión de la discapacidad en un período determinado.

Esta clasificación permite a los profesionales sanitarios ajustar mejor el tratamiento y el seguimiento individualizado de cada persona con EM.